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Mostrando entradas de 2023

La Escuelita y las escuelas

  Por Tina Gardella y Ana Molina // La Escuelita es la de Famaillá. No necesita explicación porque forma parte de la memoria e historia del terrorismo de estado como el primer centro de detención clandestino del país. El juicio del Operativo Independencia la tuvo como actuante central. Pero en los juicios subsiguientes, surgieron testimonios donde las escuelas -de la ruralidad fundamentalmente- fueron usadas como centros de detención clandestina. Si bien por períodos cortos y en carácter de derivación, su institucionalidad y función social fue alterada y violentada al convertir la escuela en un eslabón del engranaje ilegal de quienes ostentaban ser dueños de la vida y de la muerte de los ciudadanos. En la audiencia del lunes 13 atestiguan José Andrés Saldaño y Agustín Francisco López. Tienen 63 y 76 años respectivamente. Agustín comenta sonriendo que está atestiguando en el día de su cumpleaños. Eran trabajadores en la finca de Yamil Sucar en la localidad de Timbó Viejo, departamento B

La noche en la que cambió mi vida

  Por Ana Molina // El 24 de octubre dio su testimonio Pedro Lucas Daniel Mayorga. Tiene 70 años y es taxista. Pedro era un joven de 17 años cuando pasó por ese horrible momento que lo llama como “la noche en la que cambió mi vida”. Era una noche como cualquier otra, cuando a la una de la madrugada entraron por la fuerza a su casa, rompieron la puerta con una hacha -sí, con una hacha- y entraron personas armadas y encapuchadas.  Se llevaron a su hermano René, a su papá Jorge y a él. Por la corta distancia y el poco tiempo que tardaron en llegar, Pedro asegura que desde un primer momento estaba seguro de que los habían llevado a la Jefatura de Policía. En ese lugar estuvieron alrededor de 15 días en celdas separadas y luego los soltaron. Durante ese tiempo los golpeaban, los torturaban y los interrogaban. Era tanto el maltrato que su hermano terminó con un tumor en la cabeza. Pedro contó que los alimentaban dándoles comida en una olla para comer con la mano… “Como si fuéramos perros”, d

Los hombres no lloran

   Por Tina Gardella y Angélica Zelaya // En los juicios de lesa humanidad se despliegan valiosas formas de ser y estar en el mundo. Nos lo demuestran -audiencia tras audiencia- quienes brindan su testimonio en el décimo quinto Juicio Jefatura III que se está desarrollando en el Tribunal Oal Federal de Tucumán. No sólo se conoce la verdad, se construyen memorias y se practica justicia. También se derriban temores, derrapan algunos prejuicios y se re- conocen mandatos. En el público hay cerca de 20 estudiantes de la Escuela de Agricultura de la UNT. Y en la audiencia del lunes 23 de octubre, son hombres quienes atestiguan por la mañana. Conmueve verlos quebrarse, haciendo un tremendo esfuerzo por no llorar… ¿No es que los hombres no lloran? Tienen 70, 68 y 65 años. Son oriundos de Río Seco, departamento Monteros, y son tres de los ocho hermanos de Enrique Osvaldo Rodríguez, secuestrado y desaparecido el 16 de agosto de 1976.  Mario Jesús es el menor de los hermanos Rodríguez; Ramón Lore

Secuestrados en la puerta del colegio

  Por Ana Molina y Lourdes Orellana // El martes 26 de septiembre prestaron testimonio José Raúl Nughes y Olga Antezana, ambos testigos del caso de Juan Ángel Nughes. Ángel, o mejor conocido como ‘Yoni’ por sus cercanos, era alumno de 3° año de la Escuela Agrotécnica de Alberdi y militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Pintadas, volanteadas, chicos que se juntaban a formarse políticamente. “Siendo así de jovencito, uno no iba a dimensionar los alcances de la dictadura y los secuestros”, recordó su hermano. En su testimonio, Raúl -hijo de Yoni- comentó que su padre fue un militante político que estuvo vinculado al gremio azucarero. A raíz de eso, en su casa siempre estuvo presente la militancia por la construcción de la identidad y había cierta curiosidad sobre el pasado histórico. El 11 de agosto de 1976, a la salida del colegio, unos policías vestidos de civil se los llevaron a ‘Yoni’ y a algunos compañeros. Los habían estado esperando en la puerta de la institución a e

La espera

Por Tina Gardella // La Audiencia del lunes 9 de octubre comienza con un homenaje a Juan Carlos Reynaga, el Juez que supo construir posicionamiento para decirnos que desde la Justicia, la memoria y la verdad son dimensiones inseparables. Su muerte es una gran pérdida para el fortalecimiento en la relación de Justicia/Derechos Humanos. Es una audiencia corta pero significativa. Las tres testigos aluden a la espera que opera en paralelo con la búsqueda. ¿Qué se espera, a quienes se espera? ¿Qué se busca y a quiénes se busca? “Desde que lo llevaron a mi hermano, mi padre se sentaba todas las tardes a la par del portón -que era como tranquera- a esperarlo; pero mi hermano nunca volvió”. Quien atestigua es Andrea Cecilia Díaz . Relata que el 8 de octubre de 1976, en horas de la madrugada, un grupo de encapuchados y fuertemente armados entró violentamente a la casa donde vivían, en Los Ralos; rompieron el foco de luz y en la oscuridad se llevaron a su hermano Domingo Díaz a quien le decían “

Entre capuchas y linternas

  Por Yazmin Poch e Ignacio Ayala // Con 62 años y desempleada actualmente, la testigo -cuyo nombre se preserva por tratarse de una víctima de delitos sexuales- se presenta en la sala de audiencias. Lo hace para relatar lo que jamás olvidará de la mañana del 27 de marzo de 1976, cuando fue interceptada junto a su hermana por uniformados verdes. Contó que fueron capturadas y trasladadas en un Ford Falcon a un centro clandestino ubicado en calle Laprida al 100. Al llegar al lugar, fue separada de su hermana y ubicadas en diferentes habitaciones para ser interrogadas acerca de su hermano mayor. El joven, habían contado las mujeres, militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y en la Juventud Peronista (JP). Durante el interrogatorio, las víctimas fueron vendadas, golpeadas, y abusadas sexualmente por estos uniformados. "Pensé que no volveríamos a casa", dijo la mujer durante su declaración. Recordó que sus captores entraban y salían de manera repetida, hablaban en códi

Por primera vez en una audiencia

Estudiantes de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Filosofía y Letras, entraron por primera vez a una sala de audiencias. Lo hicieron en el marco de la práctica de la materia Comunicación Alternativa. Escucharon los testimonios de sobrevivientes y familiares del terrorismo de Estado y pusieron en palabras lo visto, lo escuchado, lo vivido en el lugar donde se sigue construyendo historia.  FOTOGRAFÍA DE ELENA NICOLAY Cristian Ariel Díaz: No solo comparten el nombre sino también un pasado cargado de terror El jueves once de septiembre, en la audiencia de la mañana, se presentaron para dar testimonio: María Eugenia Leoni, María de las Mercedes Kugel y María Adelaida Gianfrancisco. Citadas para los casos 69, 63, 59-60, respectivamente. Entre miedo, temor y desconcierto, en la Sala se visten de valor y relatan lo vivido en presencia del juez, los abogados de la Fiscalía y querella y sus abogados defensores. Estas mujeres recuerdan a grupos de hombres que ingresaban a

Detalles imborrables

Por Ana Molina // Pedro Roberto Córdoba fue una más de las víctimas que dio su testimonio el 12 de agosto en el Tribunal Oral Federal.  El hecho por el que declaró ocurrió en junio de 1976 en Tucumán. En ese momento Pedro tenía 26 años y era estudiante. Solía tener la misma rutina: salía tarde y volvía a su casa a dormir. Vivía en casa de su madre, era una casa larga y él ocupaba la parte de atrás. El día que a Pedro lo secuestraron, en el lugar se encontraba su mamá y su hermana. Como cualquier otro día él volvió de estudiar y se estaba por acostar cuando sintió unos golpes muy fuertes en la puerta de entrada. Fue a ver y comprobó que la puerta estaba destruida, entraron alrededor de cuatro o cinco hombres encapuchados y armados. Cree que eran militares.  FOTOGRAFÍA DE ELENA NICOLAY Cuando lo vieron lo golpearon y le vendaron los ojos. Mientras eso sucedía encerraron a su mamá y a su hermana en otra habitación de la casa. A él lo sacaron a la calle donde lo esperaba un auto: un Ford

El paraíso de las palabras

Por Mariela Ramos // Las palabras construyen enunciados, estos remiten a un yo, a un otro, un aquí, un ahora. En los enunciados se dejan las huellas de la subjetividad en el lenguaje. Expresamos opiniones, puntos de vista, experiencias o acontecimientos. Enunciados entrecruzados por los discursos propios y los ajenos, que incorporan multiplicidad de voces. Las palabras construyen historias. Historias del ser y del tiempo. El tiempo que encarna en la vida de los seres humanos, el tiempo que marca los ritmos de esa historia, el tiempo que forja procesos de Memoria, acuña Verdad y desencadena Justicia. FOTOGRAFÍA DE ELENA NICOLAY Plaza de la Memoria La plaza de la Memoria en la entrada de la ciudad de Tafí Viejo -localidad cercana a la capital tucumana- nos propone transitar las historias de sus desaparecidos y sobrevivientes durante el largo invierno del genocidio. La historia de Hugo Manuel Díaz y su esposa Norma Luisa Santillán, secuestrados en esa localidad por las fuerzas represivas

La foto de las fotos

  Por Tina Gardella // Las fotos son de Noemí del Valle Ramírez, secuestrada y desaparecida hasta el día de hoy. En la sala de Audiencias, cuando termina de testimoniar su hermano, Jorge Enrique Ramírez, se despliega un cartel con fotos de Noemí –a quien llamaban Mimí- según lo comenta Jorge. Amorosamente preparado por sus familiares, sobre un afiche de color rosa, se despliegan fotografías de distintos momentos en la vida de Mimí. Hasta que su secuestro en la madrugada del 21 de julio de 1976 corta al ras esa vida y la posibilidad de otros momentos.  FOTOGRAFÍAS DE TINA GARDELA Es la mañana del lunes 25 de setiembre y el primer testimonio es el de Jorge. Su relato se desliza por el trabajo de Mimí (hacía trabajos de corte y confección por su cuenta y para una señora de Concepción), sus estudios por la noche (estudiaba para Perito Mercantil en la Biblioteca Nicolás Avellaneda de Concepción, donde integraba el centro de estudiantes) y su militancia de acción social en la Juventud Peroni

De nombre y apellido a número en una lista

  Por Josefina Luna// El pasado martes, a la mañana, en la sala del Tribunal Oral Federal, se dieron a conocer un puñado más de las historias que completan esta megacausa. Durante el transcurso de la mañana declararon tanto víctimas como familiares o testigos. Julio Rubén Silva fue el tercero de la mañana, fue para dar testimonio de lo que fue su horror. Silva, de 76 años en la actualidad, recuerda a 1976 como su último año de trabajo en el Ingenio San Juan. Allí prestaba servicio de vigilancia. FOTOGRAFÌA DE LUCIANA FRÌAS 15 días antes de su secuestro, tuvo una premonición acerca del horror que estaba por vivir.  Vio una camioneta extraña circulando con las luces prendidas a las tres de la mañana, justo cuando finalizaba su jornada laboral. El procedimiento fue parecido al de las demás víctimas: entraron en manada, forzaron la puerta de su domicilio durante la noche, mientras la familia dormía, vendaron y ataron a los demás integrantes, se lo llevaron vendado hasta un auto entre golpe

¿Cómo se vive sin la verdad?

Por Lourdes Correa // “Quiero que me entreguen, aunque sea un polvito para redimir y que mi hija despida a su padre”, son las palabras que usa María Eugenia Leone al terminar su testimonio.  Tiene 71 años y es jubilada del Sistema Provincial de Salud (Siprosa). María Eugenia sufre de disfonía espástica, un trastorno que le genera espasmos en los músculos de las cuerdas vocales, el prestar declaración lo potencia. “Estoy muy tensa. Creía que lo tenía más o menos controlado”, dice a modo de disculpa.  FOTOGRAFIA DE LUCIANA FRÌAS Da testimonio por el caso 69, Emilio Ricardo González, su esposo. Recuerda que en el 76 vivía con sus padres, hermana, ‘Emito’ - como le decían Emilio —, y su hija de siete meses. Emilio era estudiante de los últimos años de la carrera de Medicina y hacía guardias para mantenerse. En cuanto a la militancia, fue peronista en su juventud.  La fecha del horror es el 28 de mayo de 1976. Eugenia afirma que no la olvidará jamás y relata cuando por la medianoche sintie

El olvido y el recuerdo

Por Angélica Zelaya // Mario Oscar Russo advierte en el comienzo de la audiencia del lunes por la tarde: “mi cabeza no anda muy bien, pasaron muchos, muchos años, y fue muy traumática la situación, pero creo que por eso lo recuerdo”. Cuando comienza su declaración menciona que en ese momento era estudiante en la Facultad de Derecho, vivía en Barrio Sur con sus padres. Tenía dos hermanos, uno de ellos, Rodolfo Alberto Russo, desaparecido en 1979. FOTOGRAFÍA DE LUCIANA FRÍAS Sobre los hechos de los que atestigua recuerda con poca exactitud la fecha. Sabe que fue en su motoneta junto a Hilda Figueroa - testigo que declaró en la audiencia anterior - hasta la estación de El Bajo. Mientras esperaban el tren que salía rumbo a Jujuy, dos o tres policías vestidos de civil les dijeron: “¿qué hacen ahí?” Luego de revisar sus documentos, cuenta, los llevaron en una camioneta hasta una comisaría en el centro. Estaban vendados y esposados. Cuando entran, otra vez la pregunta: “¿qué hacen ahí?”. Aho

Ustedes se equivocaron conmigo

Por Lourdes Correa // Con 75 años, ama de casa, Alcira Esther Ovejero declara sobre su propio caso. En el 76 tenía una peluquería, recuerda que un 18 de mayo la sacaron de su casa durante la madrugada. Rompieron vidrios para entrar, encandilándolas con luces a ella y su madre, que estaba muy enferma. La llevaron descalza y con la cabeza envuelta hasta un coche. Alcira escuchaba ruidos y supo que no solo ella estaba siendo secuestrada. FOTOGRAFÍA DE ELENA NICOLAY La depositaron en un salón con los ojos vendados y las manos atadas hacia atrás. Alcira no estaba sola, había más gente y todos estaban tirados en el piso. Allí llegaban personas que los golpeaban y le adelantaban lo que le iba a ocurrir.  “Me golpearon hasta que se cansaron de golpearme”, relata en la audiencia. Sus secuestradores, mientras la maltrataban, hacían preguntas, pero Alcira no tenía mucho por aportar. Pasó nueve días tirada en el piso, hasta que una mañana la llevaron a declarar.  “¿Sabe qué día es hoy? 25 de Mayo