Por Sofía Ávila //
Alcira Ovejero entra al recinto como testigo de su propio caso, ama de casa de 75 años. La víctima, con un largo suspiro, comienza a recordar y relata lo sucedido en mayo del 76. Comenta que vivía en Manantial junto a sus padres y hermanos, tenía una peluquería, y aclara que no tuvo ningún tipo de militancia política.
FOTOGRAFÍA DE ELENA NICOLAY |
La sacaron de su casa alrededor de la una de la mañana, ella estaba junto a su madre, quien en ese momento afrontaba una cirrosis. Le consultaron por su nombre y la llevaron descalza, envolviendo su cabeza, la metieron en un coche. En el camino levantaron otras personas, Alcira recuerda con pesar que escuchaba gritos y llantos.
Una vez llegado a destino estuvo en un salón junto con otra gente tirada en el piso, “se ve que había otros, desde el primer momento siempre estuve con los ojos vendados y las manos atadas, pero yo escuchaba golpes, llantos, lamentos y ya sabía que me iba a pasar lo mismo que los otros”, relató. La golpeaban, le preguntaban si alguna vez recibió en su peluquería algún cliente que haya mencionado el tema de la guerrilla. En todo momento aclaró que no tenía conocimiento de lo que consultaban. Siempre creyó que con ella se habían equivocado.
FOTOGRAFÍA DE ELENA NICOLAY |
A veces ni siquiera se animaba a pedir agua por miedo a que la castigaran. Alcira estuvo tirada nueve días en el piso. Una mañana la llevaron para hacerle preguntas en otro lugar. Recuerda que a pesar de no poder ver, escuchó niños que jugaban en un recreo. Entonces pensó que debía estar secuestrada cerca de algún colegio o escuela. También escuchó el sonido de botas al caminar, supuso que sus captores podrían ser policías o militares.
Una vez que fue trasladada comenzaron a interrogarla, en el mar de recuerdos y dolor, Alcira recuerda que le consultaron si sabía qué día era. No lo sabía. “25 de mayo”, le dijeron. Las preguntas volvían nuevamente sobre su profesión: era peluquera. La pregunta que se repetía era: ¿algún cliente en su peluquería mencionó el tema de la guerrilla? La testigo respondió reiteradas veces que nunca nadie comentó nada, ni ella conocía a nadie que se encuentre militando.
Le preguntaron si conocía a un tal Mario Díaz. Respondió que sí. “¿Lo conoce al hermano?”. Respondió que sí. “¿Por qué los conoce?” “Porque son hermanos de mi cuñada”. Entonces le consultaron el nombre de su cuñada. “Se llama Alcira Díaz de Ovejero”. La persona que tomaba declaración murmuró “no es ella”
Terminado el interrogatorio la llevaron de nuevo al lugar donde estuvo cautiva y a los dos días fue liberada.
Comentarios