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La inagotable búsqueda de la verdad para cerrar heridas

Fotografía Elías Cura


Por Andrea Romero

Luis Alfredo Gómez y Alberto Agapito Ledo caminaban las mismas calles del barrio de Trabajadores Ferroviarios de la Rioja, el lugar que los vio crecer y formarse políticamente. A Luis le tocó declarar en el juicio por el secuestro y desaparición de su amigo, el soldado que estaba cumpliendo con el Servicio Militar Obligatorio el jueves 17 de octubre.

En la adolescencia comenzaron a participar en un grupo juvenil. Conmovidos e interpelados por una huelga de changarines que reclamaban por aportes jubilatorios y cobertura médica, decidieron formar, en 1971, un grupo al que llamaron  Movimiento de Apoyo a los Trabajadores Riojanos”. Este grupo se reunía en una suerte de garaje en la casa de Alberto. Allí se dirimían y discutían temas sociales y políticos que atravesaban a la sociedad riojana y de la que el resto del país no estaba exento. Entre las diferentes actividades que tenía el grupo estaba el apoyo al trabajo de la pastoral vinculada al Obispo Enrique Angelelli y atender las necesidades surgidas en el interior al movimiento cooperativo.

En 1973 se definieron los roles que ocuparía el movimiento. Ledo se abocó al movimiento estudiantil y Gómez a la parte sindical. En ese mismo año la agrupación fue invitada al lanzamiento del gremio Luz y Fuerza en Córdoba, lo que  implicaba una participación y una definición más política por parte del grupo que integraban Ledo y Gómez. Ese crecimiento, ese desarrollo y esa participación, se fue dando de manera natural, relató Alfredo durante su declaración.

En el abril de 1975, cuando Alberto estaba en Tucumán estudiando la carrera de Historia y  empieza a militar en el frente estudiantil, sus compañeros del movimiento, entre los que estaba Luis,  fueron detenidos  en una razia del ‘Comando Libertadores de América’. “Estábamos encuadrados, seguidos y perseguidos por la militancia política”, contó Gómez explicando por qué los pioneros de aquel movimiento de 1971 fueron detenidos. “No hay que olvidar que La Rioja fue una de las provincias más golpeadas por la represión, más de 1800 presos pasaron por la cárcel de la Rioja en relación a la población de ese momento, éramos 70 mil habitantes en la capital y 140mil en la provincia”, agrega el testigo.

Luis Gómez contó que una vez Alberto fue llevado por el capitán capellán Peralta López a una misa para que le colabore. Durante la celebración, quienes asistían se saludaban con Alberto -porque era muy conocido-. “Nos dimos cuenta muy tarde de que ese era un mecanismo que implementaban para ver con quienes se vinculaban y a quienes saludaban. A los pocos días los llevaban” afirma Gómez, desentrañando así algunas de las maniobras de inteligencia perpetradas con complicidad de la iglesia.

Las declaraciones del testigo avanzaron conforme la parte acusadora le fue haciendo preguntas. “Nosotros estábamos presos, nos llegó la información a través de los familiares. Sabemos que la madre había viajado para su cumpleaños y le dijeron que Alberto había desertado y le entregaron la documentación”, respondió Luis cuando le preguntaron sobre la desaparición de Alberto. “El diario El Independiente fue intervenido, después nos enteramos de que (Esteban) Sanguinetti formó parte de esa intervención y quedó afectado a la redacción del diario”, agregó el testigo cuando la querella le consultó de lo que sabe del desempeño de los imputados. De César Milani, puntualmente, señaló: “Era responsable de movilizar gente para Tucumán. La otra cosa que sé, por declaraciones públicas que hizo el señor Milani, es que por sus funciones conocía el regimiento 15 y lo recorría permanentemente y que nunca había visto presos políticos. Sin embargo hay causas juzgadas y la cantidad de compañeros que declararon haber estado en ese  regimiento. Participamos en todos los juicios de lesa humanidad, se hicieron inspecciones en los lugares donde los compañeros estuvieron desaparecidos y eso ya está juzgado, ¿y el imputado Milani dice no haber visto presos políticos?”.

La prensa amiga y la prensa combativa

El rol que jugó la prensa durante la última dictadura cívico militar es materia de estudio en todo el país. La Rioja no fue la excepción, así lo señaló el testigo cuando contó que en 1973 se creó un diario opositor a la pastoral de Enrique Angelelli: el  diario “El Sol”. En esa época este diario tildaba de ‘marxistas’ a quienes apoyaban a la pastoral del obispo comprometido con la opción por los pobres y lo demonizaba con el mote de ‘Satanelli’. En una ocasión, en el diario el Sol salió una nómina de los que formaban parte de la pastoral. “En esa lista de encontraba Luis, Alberto Ledo y los que tenían participación social y política en La Rioja o aquellos que tenían un planteo diferente a lo que sucedía en ese momento”  contó Luis Gómez.

El testigo afirmó ante los jueces lo que ya otros testimonios señalaron: que había una persecución constante al diario “El independiente”. Este medio era una cooperativa que trabajaba socialmente y tenía una vinculación estrecha con la pastoral del obispo Angelelli y con toda la militancia política de ese momento. Además apoyaba todas las luchas sociales. En 1983, con la vuelta de la democracia, los socios se presentaron en el diario para recuperarlo pero no se les permitió. Resultó que habían falsificado la firma del director, Tito Paoletti, en una carta de renuncia. Paoletti se había exiliado en España porque también fue perseguido. En el país ibérico estuvo trabajando con los grupos de exiliados en las denuncias de la represión en La Rioja. Su trabajo implicó la escritura y publicación de un libro que después sirvió como material documental para muchos juicios y la colaboración con las Madres de Plaza de Mayo.

Una lucha que continúa

En varias instancias de su testimonio, Luis recalcó la lucha que él y sus compañeros vienen dando para que se lleven adelante los juicios. El principal objetivo es saber la verdad de lo que ocurrió y quiénes fueron los responsables. “Todos los imputados que pasaron por los juicios de lesa humanidad tuvieron la posibilidad de dar testimonio y tener su respectiva defensa, se fueron respetado absolutamente todos sus derechos. Esa posibilidad que no tuvimos todos los que estuvimos detenidos y todos los compañeros que están desaparecidos. Por eso después de tantos años que venimos luchando por los juicios queremos que de una vez por todas se establezca la verdad y se pueda condenar a todos los que realmente participaron en todos los hechos. Por nuestros 30000 compañeros detenidos desaparecidos y por nuestros familiares que tanto sufrieron. Por toda la sociedad de La Rioja, porque cuando realmente se establezca memoria, verdad y justicia vamos a fortalecer la democracia y no vamos a seguir padeciendo las heridas que generó toda esta gente que participó y que no fue juzgada. Nada más”, concluyó el testigo que se retiró con el aplauso de la sala de audiencias.

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