Fotografía Elías Cura |
Por Tina Gardella
En su
extenso y rico testimonio, el testigo Luis Alberto
Gómez contextualizó la situación de represión que se vivía en La Rioja como
respuesta a las múltiples manifestaciones sociales que planteaban formas
organizativas que disputaban poder. En ese contexto nombró varias veces al
diario El Independiente. ¿Por qué nombrarlo? ¿Qué rol cumplía un diario que
acaba de cumplir y festejar su 60º Aniversario?
El
Independiente había surgido en 1959 como una sociedad denominada Editorial
Norte que integraban Alipio Tito Paoletti, su hermano Mario, el abogado Ricardo
Mercado Luna y el periodista Daniel Moyano. El diario tuvo una línea editorial
muy crítica respecto al golpe que derrocó al presidente Aruto Illia. En 1971 El
Independiente se convirtió en cooperativa. Fue el primer diario cooperativo de
la Argentina. Guillermo Alfieri, periodista autor de “El libro de Alipio Tito
Paoletti” (2008), revela que la decisión de formar la cooperativa no se tomó de
un día para el otro. Resultó un proceso consensuado y discutido entre los
periodistas, los editores y los empleados. Lo hicimos así por nuestras
convicciones”. Esas convicciones tenían que ver con conjugar el rigor
informativo con la defensa de los derechos humanos.
Fue
una experiencia singular que sirvió de modelo para otros emprendimientos. Como
empresa social, el diario lideró el mercado periodístico local y se consolidó
como proyecto económico viable. Llegó incluso a financiar la construcción de un
barrio para sus empleados en las afueras de la capital riojana.
Según
investiga el periodista Leonardo Castillo, un año antes de la asunción como
gobernador de Carlos Menem, en la Rioja se fundó el diario “El Sol” con
objetivo de contrarrestar a El Independiente y mermar la creciente influencia
del obispo Angelleli, un sacerdote comprometido con la opción por los pobres.
Para
el golpe de estado del 24 de marzo de 197 Paoletti estaba en Buenos Aires y por
eso logró que no lo detuvieran junto a todo el personal del diario en el marco
del allanamiento que realizaron los militares. A partir de allí, lo
intervinieron. Para recuperar la libertad, los trabajadores detenidos del
diario fueron obligados a renunciar a la cooperativa en un documento donde la
firma de Alipio Tito Paoletti apareció falsificada. Exiliado en España, cuando
volvió en 1984 intentó recuperar su lugar en la cooperativa, pero lo acusaron
de abandono de servicio dando por válida la maniobra urdida por la dictadura
cívico militar.
Los
artilugios legales esconden un caso de usurpación como pocos, donde los juegos
de poder no pudieron ser revertidos ni siquiera con la llegada de la
democracia.
La
apropiación de El Independiente es investigada actualmente en un Juzgado
Federal de La Rioja como parte de un caso de lesa humanidad, en el marco de una
denuncia presentada por Plutarco Schaller, ex detenido desaparecido y antiguo
integrante de la cooperativa.
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