- por Javier Sadir del Colectivo La Palta para el Diario del Juicio
La audiencia de la mañana del 8 de Agosto
se reabrió a las diez. La misma inició con la causa de María Isabel Jiménez de
Soldati, profesora de la Escuela Normal y la Escuela Técnica III. También fue
decana en la Facultad Regional de Tucumán perteneciente a la Universidad
Tecnológica Nacional. Desapareció el 28 de mayo de 1977.
El primer testigo fue Reinaldo Alberto
Jiménez, hermano de María Isabel Jiménez de Soldati. En su declaración dio detalles
de la vida de su hermana y de los ataques recibidos de parte del Estado.
Reinaldo relató cómo su casa fue dañada luego de que explotara una bomba en el
auto de su familia. Además, narró lo sucedido el día del secuestro y
desaparición de su hermana. Describió cómo revolvieron su casa, agredieron a su
padre y su cuñado y se llevaron a María Isabel, luego de que la hicieron buscar
ropa de invierno. Reinaldo relató la
búsqueda de su hermana: la manera en que en el Tribunal Federal le rechazó la
denuncia y la falta de respuestas de parte de la Jefatura, que los llevó a
buscar a María en el Arsenal. Allí hablaron con el teniente coronel Llama, a
quién le entregaron un curriculum de su hermana mientras el teniente les decía
que desconocía el caso. Tiempo después, entre
marchas y movilizaciones, la señora Campopiano le comentó a Reinaldo que
María estuvo en Jefatura y de ahí la trasladaron a Arsenales. El hermano de
María Isabel cerró su declaración pidiendo que se haga justicia para poder
resignarse y saber a dónde llevar una flor o dedicar un rezo.
La segunda testigo fue Gladys Estela Jiménez, hermana de María Isabel Jiménez de
Soldati. Su relato coincidió con el del primer testigo. Gladys contó con
detalle cómo fue el secuestro de su hermana y la manera en que agredieron a su
familia hasta que María desapareció. También comentó que el día que María
Isabel fue secuestrada, otros docentes de la Universidad Tecnológica
desaparecieron. Gladys explicó que quisiera saber dónde están los restos de su
hermana para poder hacer el duelo.
El segundo caso que se trató el jueves por
la mañana en Megacausa fue el de Julio César Campopiano. En relación a esta
causa declaró Ana Cinthia Robles, abogada que acompañó a las madres e interpuso varios Habeas Corpus por desaparecidos
durante la dictadura. La testigo contó que obtuvo de la tapa de un expediente un
radiograma u oficio de Holmquist. Además, Robles no reconoció su firma en
declaraciones tomadas ante el Comando de la V Brigada de Infantería. Por
la misma causa declaró David Marcelo Campos, quién fue policía provincial
durante la dictadura y chofer del subcomisario Sosa. Si bien fue citado a
declarar por la causa Campopiano, el testigo dijo que desconocía la causa y el
motivo por el cuál fue citado. En sede militar existe una declaración firmada
por Campos en la que narraba el hallazgo de la policía en el Parque 9 de Julio
de una mujer sentada junto a un árbol con las manos atadas y los ojos vendados.
La joven sería CM, testigo que participó en Megacausa. Él no recuerda haber
hecho esa declaración pero reconoce su firma. Entre sus declaraciones explicó
que para aquél entonces tenían asignado el control de moralidad de 20hs a 8hs en
el parque 9 de julio. Otro testigo que prestó declaración por la causa fue
Domingo Lazarte, ex policía que estaba con Sosa cuando encontraron en el parque
9 de Julio a CM. Lazarte reconoció la firma y recordó el episodio. Explicó que
la mujer estaba sentada y que solo el oficial Sosa bajó a verla.
La mañana del 8 de agosto finalizó con la
causa de Federico Fürth, joven de 22 años que recibió el llamado del Teniente
Innocenti quién le informaba que había sido dado de baja del servicio militar y
que debía concurrir al Arsenal Miguel de Azcuénaga a retirar su libreta. Federico
se encuentra desaparecido desde el día en que fue a buscar su libreta. Por este
caso declaró Beatriz Fürth y Carlos Fürth, hermanos de la víctima. Beatriz relató la búsqueda a Federico que realizó la familia y como en
una oportunidad ella y su madre se encontraron con el Teniente Innocenti y
terminaron siendo interrogadas. También contó que su madre recibió amenazas y
terminó detenida. Carlos declaró que vio
salir del Arsenal el auto en que se movía su hermano. Días después el vehículo
apareció en San Pablo. También comentó que en varias oportunidades Federico le
dijo que “no quería decir las cosas que pasaban ahí (Arsenal)”.
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