Por
Fabiana Cruz y Hugo Hernán Díaz para El Diario del Juicio
Con ese título fatal el diario tucumano “La
Gaceta”, daba a conocer en su primera página la muerte de José Desiderio Medina
Gramajo, y otro vecino de la ciudad de Monteagudo, un 27 de abril de 1975, en
la provincia de Tucumán. La noticia, traía consigo la fotografía del cadáver
del hombre tumbado en el suelo, donde se señalaba lo siguiente: “Cadáver del guerrillero José D. Medina
Gramajo muerto durante un enfrentamiento con una patrulla militar en la zona de
operaciones del Ejército”. Además en el cuerpo de la información, se explicaba
lo siguiente: “En
circunstancias que efectivos del Ejército se encontraban cumpliendo una misión
de patrullaje durante la noche del 25 al 26 de abril en la zona serrana,
sorprendieron a un individuo en actitud sospechosa, que sin mediar orden de
arresto ni intimación abrió fuego sorpresivamente con un revólver que extrajo
de sus ropas, los efectivos militares respondieron al fuego dando muerte al
sujeto mencionado que resultó ser José Desiderio Medina Gramajo”.
41 años después los familiares de José D. Medina
Gramajo van poco a poco desarmando el relato cómplice construido por el diario La
Gaceta, medio funcional al gobierno antidemocrático de los años 1970. Los
testigos que se acercaron al TOF en esta ocasión fueron: Felipe Medina Gramajo
(hermano de la víctima) y Sandro Medina Gramajo (hijo de la víctima).
“Pituca”, como lo reconocían sus amigos, tenía
31 años de edad para 1975, vivía en El Rodeo junto a su esposa y tres hijos, siendo
el más grande no mayor a cinco años. Trabajaba como jornalero, sus tareas más
frecuentes eran el desmonte y el cuidado de animales. El día 26 de abril se
encontraba descansando en su domicilio, cuando un grupo de sujetos ingresó blandiendo
sus armas de fuego y se lo llevaron detenido, mientras que a sus familiares los
dejaron encerrados en la vivienda. Al cabo de unos minutos después del
secuestro, se escucharon numerosos disparos. Pasaron las horas y los familiares
se animaron a salir de la casa, a unos doscientos metros encontraron un charco
de sangre donde seguramente habría sido fusilada la víctima.
Al día siguiente, se hizo pública la muerte de
José en La Gaceta, con referencias totalmente diferentes a las que narraron los
testigos.
Felipe Medina Gramajo reveló a los jueces que no
sabe leer, fue por ese motivo que cuando aquél 27 de abril del 75 le mostraron
el informe del diario, sólo pudo reconocer en la imagen el cuerpo de su hermano
muerto. Su madre, por otra parte realizó todas las gestiones para dar con los
restos y saber también qué había pasado con su hijo, pero jamás alcanzó
resultados positivos.
Cuenta además Felipe que el día del secuestro,
José tenía una camisa de jean y un pantalón azul, pero que en la fotografía
estaba con una indumentaria totalmente distinta. Lo habían cambiado.
Sandro Medina Gramajo manifestó que para poder
criar a sus hermanas y a él, su madre comenzó a trabajar
en el campo, haciendo queso, por lo que ellos quedaban al cuidado de su abuela
paterna. También relato que actualmente persiste un pequeño monumento a su
padre en el lugar donde fue encontrado.
![]() |
Ph Elena Nicolay |
“Esto le hace mucho mal a mi vida. Me crié solo
con mi madre, quiero que se haga justicia”.
Comentarios