Por Hugo Hernán Díaz para El Diario del Juicio

El C.P.N. recuerda haber
iniciado el servicio militar obligatorio un 2 de febrero de 1976. El mismo tuvo
lugar en el Comando de la V Brigada de Infantería y sus tareas eran
generalmente las de limpiar pisos y baños. Junto a él iniciaron el servicio
militar un grupo de 90 profesionales (contadores, biólogos, abogados, etc.)
entre los que se encontraban Raúl Topa, Alberto Nova, Jorge Jiménez, Raúl
Fiori, Oscar Castillo, entre otros. Estos conscriptos presentaban una
particularidad, por las noches eran enviados a dormir a sus hogares.
Fue un 24 de marzo de 1976
cuando curiosamente les habían pedido que se queden despiertos. En esa
madrugada se inició el golpe. Aproximadamente
a las 4:30 de la mañana el teniente coronel, Mario Albino Zimmerman, Jefe de la
Policía, solicitó 4 abogados y 4 contadores. Los sacaron de sus viviendas y los
condujeron en un colectivo militar al subsuelo de la Casa de Gobierno de la
provincia. Allí los tuvieron hasta las 9:30, horario en el que serían
trasladados a la sede de Fiscalía de Estado. En este lugar fueron recibidos por
José Roberto Abba (uno de los imputados en el actual juicio). Pasada una hora
de tenerlos parados sin mencionar palabra alguna e incluso sin levantar la
mirada Abba soltó su lapicera azul y comenzó a insultarlos, en un franco
intento de intimidación. “Vestía de uniforme de combate y botas oscuras. Tenía
un particular manojo de llaves con una cruz esvástica”.
En Fiscalía, “el mudo”, como
los conocían sus compañeros de militancia universitaria, se desempeñó como
contador. En relación a este lugar agregó, “era como la época de Hitler, las
relaciones eran totalmente verticales”, sumando a esto que vio personas
estaqueadas en esa institución.
El 28 de mayo de ese año
Medina fue secuestrado de la casa de sus padres. Habían rodeado la vivienda, se
llevaron libros y a sus padres les dijeron que debían detenerlo para averiguar
sus antecedentes. A continuación de su secuestro levantaron a un señor quien
era sastre del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y a una chica. Los tres
fueron llevados a la facultad de Educación Física.
Luego de estar cinco días en
la EUDEF (actual FACDEF), fue trasladado al centro de detención clandestina Arsenal
Miguel de Azcuénaga. En este lugar era constantemente golpeado, lo acusaban de
formar parte del ERP, sin embargo Medina solo tenía militancia universitaria. “Allí
me quemaron la cara y los genitales”. Fueron 101 días en total los que estuvo
secuestrado. Además de las torturas constantes, Medina contó que permaneció
inmerso en un profundo dolor que debilitó su voz que durante ese lapso de
tiempo se bañó dos veces y fue rapado porque tenía piojos.
Aquel joven conscripto
recuperó la libertad el quinto día del mes de septiembre. No obstante dos días
posteriores a su liberación se le comunicó que debía volver al servicio militar.
En esta oportunidad se le asignaría la tarea de cuidar a 38 presos comunes que
provenían de la cárcel de Villa Urquiza.
Una vez que fue dado de baja
comentó Medina que lo seguían a todas partes e incluso le intervinieron el
teléfono hasta el gobierno de Alfonsín.
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