- por Erika Leiva y Jorgelina Cayo para el Diario del Juicio
PH Julio Pantoja - Agencia INFOTO
Durante la mañana del
jueves 24 se llevó a cabo una nueva audiencia por la Megacausa Operativo
Independencia en el Tribunal Oral Federal. La primera testigo en declarar fue
Natalia Ariñez. La histórica militante de H.I.J.O.S comenzó narrándole al
tribunal cómo fue reconstruyendo de a poco lo sucedido con su padre, Jorge de
la Cruz Agüero.
Su padre es secuestrado la madrugada del 13 de enero de 1976, en la casa que compartía junto con sus padres y hermanos. Tenía solo 17 años y estaba estudiando en el Instituto Técnico. “Esa noche”, describió Natalia, “entraron personas que se identificaron como policías”. Supo por el relato de su abuela que lo sacaron cubierto con las sábanas de la cama en que dormía.
La misma noche del secuestro de Jorge se realizó un operativo intentando detener a su compañero, Rafael Coria. “Golpearon fuertemente a su padre que se interpuso entre los secuestradores y él” exclamo Natalia, pero “Rafael pudo escaparse por los fondos de su casa”. Ya en aquel momento los estudiantes que tenían alguna militancia sabían lo que ocurría. Conocían de los secuestros, de las torturas, de los centros clandestinos de detención. Es por eso que Coria trató de alertar a la compañera de Agüero, a la mujer que seis meses después diera a luz a Natalia pidiéndole que lo busque al "negro" y se vayan. Cuando Silvia (la mamá de Natalia) llegó a la casa donde vivía Jorge se dío con la situación de que los secuestradores ya habían pasado por ahí. Un compañero y la familia le piden que se vaya porque podían volver y era muy peligroso para ella. “En ese momento mi abuela entra a la casa y vuelve con unos papeles, rescatando las poesías de mi papa y se las entrego en sobre de papel madera a mi mamá”, contó Natalia y agregó: “Sin saber estaba recuperando lo único que quedó, al menos para mí, de sus palabras, de sus cartitas de amor y de su regocijo y de la felicidad de mi llegada”.
Esa misma madrugada y tal como había salido de su casa, y con el sobrecito como único equipaje, la madre de Natalia viajó a Córdoba ayudada por un compañero que también se encuentra desaparecido. Allí fue recibida por compañeros de militancia, “varios de esos compañeros que la alojan también están desaparecidos” agregó Natalia. “A pesar del miedo y el espanto, la solidaridad existía entre muchas personas”, dijo al describir cómo sobrevivió la madre sin su familia y con un embarazo en curso. Luego de unos meses y ante el riesgo de perder el embarazo por cuestiones de salud, su madre vuelve a Tucumán. Natalia nace el 13 de julio de 1976. “Yo nazco exactamente seis meses después del secuestro de mi papá”, había dicho antes.
Su padre es secuestrado la madrugada del 13 de enero de 1976, en la casa que compartía junto con sus padres y hermanos. Tenía solo 17 años y estaba estudiando en el Instituto Técnico. “Esa noche”, describió Natalia, “entraron personas que se identificaron como policías”. Supo por el relato de su abuela que lo sacaron cubierto con las sábanas de la cama en que dormía.
La misma noche del secuestro de Jorge se realizó un operativo intentando detener a su compañero, Rafael Coria. “Golpearon fuertemente a su padre que se interpuso entre los secuestradores y él” exclamo Natalia, pero “Rafael pudo escaparse por los fondos de su casa”. Ya en aquel momento los estudiantes que tenían alguna militancia sabían lo que ocurría. Conocían de los secuestros, de las torturas, de los centros clandestinos de detención. Es por eso que Coria trató de alertar a la compañera de Agüero, a la mujer que seis meses después diera a luz a Natalia pidiéndole que lo busque al "negro" y se vayan. Cuando Silvia (la mamá de Natalia) llegó a la casa donde vivía Jorge se dío con la situación de que los secuestradores ya habían pasado por ahí. Un compañero y la familia le piden que se vaya porque podían volver y era muy peligroso para ella. “En ese momento mi abuela entra a la casa y vuelve con unos papeles, rescatando las poesías de mi papa y se las entrego en sobre de papel madera a mi mamá”, contó Natalia y agregó: “Sin saber estaba recuperando lo único que quedó, al menos para mí, de sus palabras, de sus cartitas de amor y de su regocijo y de la felicidad de mi llegada”.
Esa misma madrugada y tal como había salido de su casa, y con el sobrecito como único equipaje, la madre de Natalia viajó a Córdoba ayudada por un compañero que también se encuentra desaparecido. Allí fue recibida por compañeros de militancia, “varios de esos compañeros que la alojan también están desaparecidos” agregó Natalia. “A pesar del miedo y el espanto, la solidaridad existía entre muchas personas”, dijo al describir cómo sobrevivió la madre sin su familia y con un embarazo en curso. Luego de unos meses y ante el riesgo de perder el embarazo por cuestiones de salud, su madre vuelve a Tucumán. Natalia nace el 13 de julio de 1976. “Yo nazco exactamente seis meses después del secuestro de mi papá”, había dicho antes.
Jorge de la Cruz
Agüero fue visto en el Centro Clandestino de Detención que funcionara en la ex
Jefatura de Policía. En ese lugar fue visto por José Rendace quien fuera
compañero de su padre. Con José, Natalia tuvo varios encuentros y a partir de
sus recuerdos pudo reconstruir lo que ocurrió con su padre. “Fue duramente
golpeado, torturado. Le preguntaban por personas que conocían, por personas que
no conocían. Le preguntaron por los libros que leía y él mencionaba todos los
libros que se le venían a la cabeza y aun así era salvajemente torturado”, fue
el relato de José que Natalia trajo a la sala de audiencias. Rendace le dijo que, en un momento de desesperación, y claramente muy torturado Agüero comenzó a gritar “¡Negra, Negra no
te voy a traicionar!”. José sabía que quien estaba a su lado era su amigo, su
compañero, con el que habían compartido horas de clases, charlas, y partidos de
rugby. Quizás por eso cuando sintió que a Jorge lo levantaban atinó a mirar por
debajo de las vendas. “Vio que en ese lugar había quedado un gran charco de sangre”,
dijo Natalia ante una sala de audiencias que la escuchaba en silencio.
Ariñez describió a su
padre como un hombre buen mozo, alto, que a pesar de estar cerca de recibirse
de Técnico Constructor, sentía una gran pasión por la poesía. Natalia le contó
al Tribunal que su padre pertenecía al Centro de Estudiantes. “Tenían un
periódico mural”, contó Natalia rescatando una de las producciones de esa
agrupación estudiantil. “Allí publicaba sus poemas”, agregó con una sonrisa
orgullosa. “Desde los 14 o 15 años militaba”, dijo y describió los espacios de militancia de
aquel chico que quería estudiar letras, filosofía o historia. También se
encontraba en la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO), en donde conoció a
la madre de Natalia.
La militancia atravesó la vida de los padres de Natalia. Atravesó su vida también y hoy muestra orgullosa su convicción en la construcción colectiva. “Tengo más tiempo de militancia que lo que tuvo mi papá de vida”, dijo y esas palabras quedaron resonando con la contundencia de una verdad dolorosa.
Ariñez se retiró de la sala rodeada de aplausos, de cariño y de abrazos.
La militancia atravesó la vida de los padres de Natalia. Atravesó su vida también y hoy muestra orgullosa su convicción en la construcción colectiva. “Tengo más tiempo de militancia que lo que tuvo mi papá de vida”, dijo y esas palabras quedaron resonando con la contundencia de una verdad dolorosa.
Ariñez se retiró de la sala rodeada de aplausos, de cariño y de abrazos.
Una familia perseguida
Entre los testigos citados a declarar este último viernes estuvo presente Jorge Raúl Díaz Martínez. Su testimonio llegó a la sala de audiencias por la causa de su hermano Guillermo Díaz Nieto, una de las tantas víctimas desaparecidas de las que aún no hay rastros de sus cuerpos. Guillermo tenía 27 años, era estudiante de la carrera de Letras de la Universidad de La Plata, en la provincia de Buenos Aires, y trabajador no docente en la misma casa de altos estudios. Fue dirigente gremial y militante del Movimiento Peronista, además miembro de la agrupación Montoneros. Guillermo desapareció el 9 de febrero de 1975. En ese mismo momento fueron secuestrados el tucumano Pedro Antonio Medina y el santiagueño José Teodoro Loto.
Jorge Díaz
Martínez destaco en varias ocasiones, la
presentación de Habeas Corpus, mientras buscaban a su hermano. Advirtió que
todas estas gestiones fueron en vano y solo obtuvieron un sinfín de respuestas
negativas. Por la búsqueda de Guillermo, Jorge y su padre se establecieron
en esta provincia. Como estimaban que sería una estadía provisoria se alojaron
en un hotel. “En la vía pública fuimos abordados por el conserje del hotel en
el que nos hospedábamos”, recordó el testigo ante los jueces Gabriel Casas,
Juan Carlos Reynaga y Carlos Jiménez Montilla. “Nos sugirió que no regresáramos
porque había personas buscándonos”, agregó dando cuenta de que la persecución
se había extendido a la familia.
El padre de la
víctima también fue secuestrado y torturado durante 18 días. Meses después de
ser liberado falleció. La esposa y madre de 2 hijos de Guillermo, fue
secuestrada en La Plata, y mantenida en cautiverio por mucho tiempo. Luego se
enteraron que posterior a esto, estuvo detenida 2 años en una cárcel del
interior de Córdoba, donde fue finalmente liberada después.
Otro de los puntos clave en las investigaciones, sobre el paradero de Guillermo fue el secuestro del Cónsul Norteamericano, en la provincia de Córdoba, según lo detallado por su hermano durante la audiencia. Ya que este secuestro era adjudicado al accionar del Grupo Montoneros, donde a cambio de la liberación del Cónsul, se pedía la liberación de 5 compañeros montoneros, entre ellos Guillermo Díaz Nieto. “Este fue el último dato concreto sobre la posible ubicación de Guillermo”, concluyó el testigo.
Las audiencias se reanudarán este jueves 30 de junio y viernes 1 de julio a partir de las 9 de la mañana. Está previsto que esta sea la última semana antes de la feria judicial y que el debate oral y público se reanuden recién a finales del mes de julio.
Para acompañar las jornadas de declaraciones testimoniales solo es necesario asistir a la puerta del Tribunal Oral Federal en la esquina de calles Chacabuco y Crisóstomo Álvarez, munidos con el DNI.-
Otro de los puntos clave en las investigaciones, sobre el paradero de Guillermo fue el secuestro del Cónsul Norteamericano, en la provincia de Córdoba, según lo detallado por su hermano durante la audiencia. Ya que este secuestro era adjudicado al accionar del Grupo Montoneros, donde a cambio de la liberación del Cónsul, se pedía la liberación de 5 compañeros montoneros, entre ellos Guillermo Díaz Nieto. “Este fue el último dato concreto sobre la posible ubicación de Guillermo”, concluyó el testigo.
Las audiencias se reanudarán este jueves 30 de junio y viernes 1 de julio a partir de las 9 de la mañana. Está previsto que esta sea la última semana antes de la feria judicial y que el debate oral y público se reanuden recién a finales del mes de julio.
Para acompañar las jornadas de declaraciones testimoniales solo es necesario asistir a la puerta del Tribunal Oral Federal en la esquina de calles Chacabuco y Crisóstomo Álvarez, munidos con el DNI.-
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