- por Exequiel Arias para el Diario del Juicio
PH Paloma Cortes Ayusa
Las comunidades
indígenas sufrieron la persecución como lo hicieron los militantes sociales y
políticos. Sus ansias de organización para defender sus tierras los enfrentó
con la codicia de los terratenientes.
El
secuestro de Pedro Santana Campos, dirigente de la Federación Indígena y
representante de la comunidad Quilmes se produjo durante un conflicto de
intereses con el terrateniente Chico Zossi, en la zona de Colalao del Valle.
Paola
Jezabeth Santana es hija de Felipa Isabel Maita y Pedro Santana Campos.
Su madre era agente sanitaria y conoció a Pedro cuando él militaba en la
Federación Indígena. Ella fue
la primera de la familia Santana Campos que declaró el jueves 23 de junio, en
la causa por delitos de lesa humanidad cometidos durante el Operativo
Independencia.
Visiblemente
conmovida por la pregunta sobre las detenciones de sus padres, contó que
sucedieron en el '75: El 10 de febrero de 1975, fueron detenidos; élla en una
fiesta en el Pichao y a su padre, en Colalao del Valle. En esa época, su
madre estaba embarazada de cinco meses.
Recordó
que supo, por su madre, que los llevaron en cuatro camionetas junto a mucha
gente; una de esas personas era un familiar, Jesús Costilla. Ella fue llevada hasta
una hostería en El Mollar, donde la retuvieron entre cuatro y cinco días.
Según el
relato de su madre, "la calificaron de extremista y fue interrogada sobre
dónde se encontraban las armas". Su padre, supo, fue golpeado y torturado.
Paola
nace un 8 de Junio de 1975 y casi un año después, en abril de 1976, sus padres fueron detenidos nuevamente. "A él lo golpearon y lo pusieron en un
baúl -relató la testigo-. A mi mamá la buscaron después y se la llevaron,
cuando estaba trabajando en una finca"
Siendo
una bebé, Paola es llevada detenida junto a su madre, hacia Metan, donde la
alojan en una cárcel. Felipa
fue calificada de "extremista, prostituta y ladrona" por sus
captores, y además recibió otras agresiones verbales y psicológicas. Los
represores la encerraron a ella y a su hija con un candado y junto a otras
personas, y le decían que su caso era grave porque no figuraba en ninguna
lista.
En
diciembre de ese año, la dejaron en libertad, obligándola a leer un texto cuyo
contenido no recuerda salvo la frase "libertad sin causa". A su
padre lo liberaron cerca del puente Lucas Córdoba, maniatado y en pésimo estado
físico.
En segundo término declaró Felipa
Isabel Maita, madre de Paola y pareja de Santana Campos entre el 74 y el 79.
Oriunda de Quilmes, trabajaba de agente sanitario en el Hospital de Santa
María. Contó
ante el tribunal que, en 1975, su pareja se vio involucrado en el conflicto
entre la Federación Indígena y los Chico Zossi.
El gremio
luchaba contra el desaolojo de la gente del lugar. Según su relato, ella no
participaba activamente de la Federación. A ella la
detuvieron en El Pichao y la llevan a la Hostería del Mollar junto a otras
personas, familiares y conocidos. "Eran
uniformados de Gendarmería en muchísimos camiones -recordó-, pero nunca
tuve los ojos vendados, sólo me preguntaban dónde estaban las armas de Santana
Campos".
Luego de
cuatro o cinco días, la liberaron y pudo regresar a Quilmes por sus propios
medios. Santana Campos es liberado el 25 de mayo de 1975. Luego
vino la detención del 76, cuando es detenida y llevada a Antillas junto a su
recién nacida. De
Antillas, las llevaron a Rosario de la Frontera y luego a Metán, donde fue
encarcelada junto a su hija. Finalmente
las llevaron, en un jeep, a Salta donde la pusieron en libertad luego de
hacerle leer el texto "libertad sin causa".
A continuación declara uno de
los hijos del dirigente gremial indígena, Pedro Pablo Santana Campos, tenía 7
años cuando secuestraron a su padre. Si bien no estaba presente cuando ocurrió,
si recuerda que iba a visitarlo a la comisaría. Cuando fue llevado por segunda
vez, lo secuestraron frente a sus hijos.
En 1977,
fue detenido nuevamente frente a sus hijos. Mientras trabajaba en el campo,
llegaron sus captores en una jardinera: buscaban al "Cacique
Santana". No sabe a dónde lo llevaron, pero sí que estuvo secuestrado por
casi siete meses. Sus captores se ensañaron con él.
"Mi
padre era un hombre grandote, de 120 kilos -recuerda-, pero cuando lo
encontraron, pesaba 50 kilos como mucho, estaba en muy mal estado y no tenía
sus dientes".
Las
palabras de Pedro Pablo fueron refrendadas en su totalidad por su hermano,
Pablo Pedro, que fue el siguiente en declarar. Éste añadió
que fueron hombres vestidos de campesinos y armados los que los maniataron y lo
metieron en un baúl.
Supo de
las cosas terribles que le hicieron. "Lo colgaban de los pies y lo hacían
morder con los perros, le pegaban con palos en la espalda, lo que le causó
desviación en la columna vertebral además de problemas de riñón. Después de que
lo tiraron en el puente Lucas Córdoba, lo tuvieron internado mucho tiempo. Ni
nos dejaban visitarlo porque no quería que lo veamos en esas condiciones".
Maria
Elena es la última de la familia del Cacique Santana Campos que pasa frente al
TOF a prestar su testimonio. Recuerda
poco del secuestro, solo que junto con su padre había "un señor de
apellido Condorí" y que el empleador de su padre les decía que estaba
averiguando a donde lo habían llevado. "No supimos nada hasta que apareció
tirado en el puente". Al tiempo, Santana Campos se fue a vivir fuera de la
provincia.
Hoy, las
tierras que Santana Campos defendía del desalojo están en manos de
terratenientes, en su mayoría, los Chico Zossi.-
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