- por Fabiana Cruz, Hugo Hernán Díaz, Belén Castellano Hernández, Jorgelina Cayo, Erika Leiva y Sofía Romera Zanoli para el Diario del Juicio
El periodista Joaquín Morales Solá visita Famaillá junto a Acdel Vilas
PH Archivo Operativo Independencia - Gentileza Archivo Nacional de la Memoria
En
la mañana del pasado viernes 10 de
junio, el Tribunal Oral Federal (TOF) de Tucumán dio continuidad al megajuicio por
delitos de lesa humanidad denominado Operativo Independencia. El testigo de
contexto citado en esta ocasión para
prestar declaración fue el periodista e investigador tucumano Marcos Manuel
Taire, quien trabajó en Diario Noticias y escribió numerosos artículos sobre
los movimientos revolucionarios y la dictadura militar.
Taire
expuso durante casi cuatro horas todo un repertorio histórico de los hechos,
antes, durante y después del periodo represivo que va desde principios de
febrero del 75 hasta marzo del 76, en el cual el concepto de “guerra” fue un tema recurrente.
“honestamente
nadie puede hablar de que hubo un guerra, el Operativo Independencia se dio con
el objetivo de aniquilar el movimiento insurgente, pero fue también un pretexto
para acabar con otras luchas, como ser las estudiantiles y el movimiento obrero
que eran muy fuerte”.
“Además”
agregó “el término (guerra)
administrativa y legalmente comenzó a utilizarse recién a partir del Juicio a
la Junta Militar. Antes de esto, el estado no utilizaba este vocablo, es más, no hay ningún registro de que se
hubiera utilizado la palabra, sino por el contrario, existieron instrucciones
de que términos utilizar y cuáles no”.
Taire
se refirió también al rol que jugo la prensa durante el Operativo y clasificó en tres tipos a las
informaciones que se manejaban en esos momentos:
- Información negra (se comunicaba lo conveniente a las fuerzas armadas)
- Información
gris (se comunicaba lo que ellos querían con la particularidad de que las notas
eran firmadas por los periodistas cómplices)
- Información blanca (se comunicaba
de forma directa lo que se proponían hacer)
Según Taire no cabe ninguna duda sobre el papel central de los medios de comunicación en la desinformación y la mentira militar, “Clarín, La Gaceta, Agencia Télam, La Nación, entre otros, fueron utilizados como parte del accionar psicológico”.
“El Operativo Independencia se inició en
febrero de 1975 y todavía no ha terminado. No existe ningún acta oficial que
firme ese fin”, concluyó Taire dejando entrever que en rigor el Operativo no tuvo un cese oficial y 'continuaría' en vigencia.
Durante
la jornada también prestó declaración Elena Roldán de Medina. La testigo relató
al tribunal circunstancias en las que fue detenida ella y parte de su familia
entre los que se encuentra su suegro Ramón Rito Medina víctima de este juicio.
“A
mi suegro lo detuvieron el 14 de marzo
del 75, de Monte Grande” perteneciente a Famaillá, al sur de la provincia, indicó Elena Roldán
de Medina y detalló que Rito "venía en su jardinera desde San Miguel de Tucumán de hacerse un estudio
del corazón cuando lo alcanzó un camión
del ejército y se lo llevó al canchón del Ingenio Mercedes”.
“También
me detuvieron a mí y a mi hija de 10 años” indicó Elena Roldán de Medina y
recordó “entraron a mi casa hombres vestidos de verde, todos militares.
Rompieron la puerta, nos apuntaron a mí y a mis cinco hijos”.
“Nos
llevaron al mismo lugar donde estaba mi suegro. Norma, mi hija, pudo verlo. Le
decía ‘abuelito por qué te tienen acá, con las manos atadas con alambre’. Ella
le quiso desatar las manos y un soldado la empujó para atrás”, continúo la
testigo.
Después
“de que nos liberaron nos volvimos a saber nada mas de Rito Medina, los
buscamos por todas partes hasta que una señora nos dijo que lo habían llevado
al Hospital Padilla y fuimos a ver si era verdad”, sostuvo.
“Cuando
entré a la sala sentí un olor fuerte pero
nunca me imaginé que le habían amputado las piernas. Estaba consciente, y nos contó que le
habían pasado con un camión por encima de la piernas, que le pusieron la picana
eléctrica por todas partes y lo torturaron mucho mientras estuvo en la
Escuelita de Famaillá” primer centro clandestino de detención según constató la
Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas (Conadep).
El
médico “le cortó las piernas porque tenía gangrena y murió el 14 de abril del '75. El acta de defunción que nos entregaron decía que la causa de muerte había
sido un paro cardíaco”, finalizó Roldán de Medina.
“Cuando
los militares nos llevaron a mi mamá y a mí lo pude ver a mi abuelo, estaba al
fondo del canchón junto a otras personas con los ojos vendados y las manos
atadas” señaló Norma del Valle Medina (hija de Elena Roldán de Medina y nieta
de Ramón Rito Medina) segunda testigo que declaró durante la audiencia.
“Le
quise dar un beso a mi abuelo pero un militar me dijo que no me acerque porque
era un delincuente” y recordó “tenía mucho olor a gas en las vendas y me decía
que le ardían muchos los ojos” en ese momento “entendí para que usaban las filas garrafas de gas que tenían en el
predio: eran para ponerles en las vendas” explicó la testigo.
En
un momento “mi abuelo me preguntó con quién estaba, le contesté: con mi mamá y
me pidió que nunca me separe de ella pase lo que pase” y expresó “yo me lo
quería llevar a mi casa, él era un padre para mí, después me enteré que había
fallecido a causa de las torturas. Fue muy triste”.
“La
segunda vez que nos detuvieron mi mamá me cortó el pelo y me vistió como varón,
decía que tenía miedo que me hagan algo porque eran todos hombre. Después de
eso me mandaron a vivir por tres años a Buenos Aires para que no me vuelvan a
llevar”.
A
lo largo de la jornada el tribunal resolvió por mayoría que los imputados no
pueden hacer reflexiones valorativas acerca de las declaraciones de los
testigos y que cuando pidan la palabra para ampliar su
defensa material deben centrarse en lo meramente descriptivo de las interrogantes
que deseen plantear.
La
próxima audiencia está prevista para el jueves 23 a las 9, debido a la
realización en la provincia del Congreso Eucarístico que afectará a las fuerzas
que custodian el TOF.
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