- por Javier Sadir de La Palta para el Diario del Juicio
PH @HijosTucuman en twitter
Volver a la sala. Sentir los nervios
de las audiencias. Sentir bronca. Emocionarse. Enorgullecerse. Y volver a
pensar en ideales, decisiones, responsabilidades y derechos. Todo eso pasa en
una audiencia que debate crímenes de lesa humanidad. Crímenes considerados
responsabilidades de una dictadura. De un sistema político perverso, sin
derechos y sin lugar para todos. Pero, ¿qué pasa cuando esos crímenes no se
comenten en un sistema totalitario? ¿En qué apoyarse cuando los crímenes fueron
cometidos en democracia?.
La Megacausa Operativo Independencia
tiene la particularidad de reunir todas las causas con anterioridad al golpe de
Estado de 1976. El juicio tiene 270 víctimas, 20 imputados, más de 1400
testimonios y alrededor de 700 testigos en sala. “Es un juicio que por sus
dimensiones y por la cantidad de víctimas es el más grande que tenemos ahora”,
dijo el fiscal Pablo Camuña y agregó que “lo que se sostiene es que se probó en
Tucumán el plan criminal que luego sería extendido a todo el país”. Y ahí, en la
prueba está la esperanza. La esperanza de que la sociedad pueda entender que no
se trató de una guerra entre dos demonios, sino de un plan sistemático global
de exterminio que fue responsabilidad del Estado, y que fue capaz de acabar con
la democracia. “Hoy por hoy tenemos ante la cámara federal de apelaciones el
procesamiento de 20 imputados más”, explicó Camuña y dio el ejemplo de juicios
como el de La Perla, en Córdoba, que a medida que avanzó el proceso, los
imputados fueron sumándose al juicio. Esto es algo beneficioso para todas las
partes porque los testigos y las víctimas no tienen que declarar dos veces y
los imputados no tienen que esperar un año para que se resuelva su situación
procesal.
El jueves inició la primera
audiencia, donde se leyeron los requerimientos de elevación a juicio. Los
hechos dan cuenta del genocidio. “A lo que se alude es a crímenes masivos que
afectan a la población civil. Es un ataque a la población civil y eso es lo que
caracteriza a este tipo de casos”, aclaró el fiscal. Entre las víctimas se
encuentran sobrevivientes, fallecidos y desaparecidos. “Casi la mitad de los
testimonios son sobrevivientes. También van a declarar familiares y compañeros
de militancia de las víctimas”, informó Camuña dejando en claro que se espera que
los testimonios echen luz sobre lo ocurrido con los 116 desaparecidos que
involucra la causa. Cabe aclarar que desde la fiscalía se solicitó el resguardo
de los testigos víctimas, un sistema de alerta tempranas en el caso de amenazas
o impedimentos de su libre declaración y acompañamiento psicológico.
En cuanto a los imputados, en la
primera audiencia se debatió acerca del posible sobreseimiento de Enrique
Benjamín Bonifacino, quién estaría atravesando problemas de salud mental. Ante
esto la fiscalía solicitó una junta médica para comprobar su enfermedad, pero
la defensa se opuso al considerar que este pedido sometería al imputado a un
“tormento”. El tribunal resolvió no hacer lugar al pedido de fiscalía, pero no
apartó al imputado de la causa. Por ello, Bonifacino mantiene la prisión
preventiva. Es importante recordar que los imputados están detenidos a los
fines de la realización de la audiencia. “La finalidad es garantizar el
proceso. Es muy complejo tener veinte personas a disposición del tribunal durante
dos días de debate. Entonces hay una previsión en el código procesal penal que
lo permite”, aclaró Camuña.
Acompañar las audiencias es entender
la historia de otra manera. Es reconstruir todo lo que fue aniquilado y
entender que más allá de los discursos, detrás de todo, hay historias que
fueron calladas, borradas y destruidas. Historias de la que todos los
argentinos son parte. Y el Operativo Independencia es la prueba más grande de
eso.
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