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Gramática de la libertad

Fotografía Elías Cura

Por Mariela Roxana Ramos

Argentina ha sido un país de permanentes controversias entramadas, la gran mayoría de ellas, con la política. Herencias, tradiciones, debates y conflictos estuvieron en el centro de la política, como si cada segmento de la vida pública y privada expresara una manera de posicionarse ante los modos, distintos, de pensar y construir la nación.

En esos relatos construidos con diversos retazos, la política se desplegó no sólo como construcción de instituciones o como forma de gestión gubernamental sino también, y de modo decisivo, como espacio de identidades culturales.

Intentamos pensar el país con la idea de regresar sobre las viejas controversias, para reafirmar la convicción tallada intensamente en el cuerpo de nuestra joven democracia, de que no hay posibilidad alguna de pensar y construir la nación “olvidando" los caminos recorridos, dejando atrás sin desatar los nudos de nuestros litigios.

Los relatos del pasado siguen siendo un campo de genuina disputa cultural- simbólica, no puede haber un proyecto de país más justo e igualitario sin redimir la memoria de los que contribuyeron a hacer visibles a los invisibles. En ese cruce, frustrado una y otra vez, por aquellos que nuestra historia han buscado impedirlo con diversas maneras y de modos brutales.

Cada época enfrenta sus propios espectros y sus propias deudas. Se vuelve indispensable hacer cruzar la gramática de la libertad con los lenguajes de memoria, verdad y justicia.

Es viernes 22 de noviembre, día de la música, la lluvia se anuncia en un gris oscuro que tiñe el cielo tucumano. La sala de audiencia recibe los primeros protagonistas de la jornada: Abogados defensores, fiscales, abogadas de la querella, familiares.

“¿Me escucha señor Faneco?”, las palabras del presidente del tribunal dan inicio a la audiencia.

El primer testigo por teleconferencia desde La Rioja: Walter Horacio Faneco responde. Las preguntas intentan recoger datos que reflejen la idoneidad del testigo en el campo de los asuntos jurídicos del ejército; Ha sido ofrecido por la defensa, sus antecedentes profesionales lo preceden.

En su exposición expresa: “Un acta en la esfera militar, es una sintética y clara descripción de la circunstancia en la que se produjo un hecho. La instrucción es el concepto de elaboración de actas, recoge los elementos para completarla. La información es una categoría distinta, de mayor profundidad. Para el caso de la deserción agravada, se exige la información ante la comisión, exige recabar testimonios, las pruebas necesarias, pericias y un tiempo mayor, debe elaborarse un informe.

Su testimonio refiere al artículo 720 del código de justicia militar, allí se describe la deserción agravada, como la ausencia del lugar de destino. La deserción simple se describe en el artículo 716, se registra en el libro de guardia desde el primer día de ausencia, hasta los cinco días, después del cual se debe elaborar el acta de deserción”.

El acta es redactada por los suboficiales, a partir del sargento primero hacia arriba.
El testigo responde tener el legajo de deserción de Alberto Ledo: “ésta es la fotocopia que me envió la defensa, advierto sobre ella que el entonces jefe de la subunidad, ordenó la elaboración a un subalterno. El acta está elaborada adecuadamente, luego se incorporaron la solicitud de pedido de captura. El ejército no salía a buscar a los soldados, se debe requerir a todas las policías del país y a todas las fuerzas de seguridad, requerimiento que hace el jefe de la unidad. El actuante, es decir, quien es designado para elaborar el acta, debe realizarla en tres días y luego dos días para elevarla y pedir la captura”.

En las actuaciones que se encuentra en el legajo de deserción junto al acta, hay una orden del día que dispuso la baja de Ledo, esa orden es del 22 de junio de 1976, el acta de deserción tiene una fecha anterior al decreto de apertura. El acta fue elaborada el 29 de junio a Hs. 10. Las actuaciones quedaron el La Rioja y no siguieron el camino reglamentado.

MAYÚSCULAS Y SIN PUNTO

Marcos Álvarez es el segundo testigo de la jornada, ofrecido por la defensa, tiene sesenta y cinco, militar retirado e ingeniero civil. En su testimonio expresa: “Con César Milani fuimos juntos al colegio militar, egresamos en el ’75, lo encontré en dos o tres oportunidades porque el destacamento de La Rioja estaba en Monteros, Alberto Ledo nunca fue mi amigo, íbamos a la escuela Normal de La Rioja pero él iba un año atrás. Nunca vi a Ledo en Tucumán”.

Al observar el acta de deserción responde: “Dos cosas se me ocurren, primero, es un acta totalmente estandarizada, igual a todas, los párrafos son los mismos determinados en la regla, los segundo, son las abreviaturas militares, todas tienen punto, hay un reglamento escrito en campaña, las abreviaturas no se escriben de cualquier forma. Las abreviaturas están todas con punto, en el medio militar está prohibido. La primera se escribe con mayúscula y sin punto, ¡Como si no la hubiera escrito un general del ejército! Yo como jefe compañía me llevan ésta acta, la devuelvo que se corrija”.

OBEDIENCIA DEBIDA

A las 14 horas se reanuda la audiencia, después del segundo cuarto intermedio. El presidente del tribunal se dirige a Sanguinetti: “Seño Sanguinetti, puede pasar, tiene la palabra para el ejercicio de su defensa material".

Sanguinetti comienza su exposición: “Voy a referirme a la audiencia del 7 y de hoy, noté que algunas veces con bastante ligereza se habló que yo era el jefe de compañía, quien es la máxima autoridad, y es verdad, y en consecuencia es suya la responsabilidad, esto no es así. Lo mejor es consultar el reglamento. Yo era jefe de la compañía pero no era responsable de todo lo que ocurriera, la responsabilidad principal del jefe de compañía está en el éxito de la misión, en cumplir la misión. No es lo mismo autoridad que responsabilidad. Yo tenía que responder a un jefe, yo tenía otro jefe arriba, y ese jefe tenía otro jefe, y así sucesivamente. ¿Pero de dónde emana la responsabilidad militar? De la constitución nacional. El presidente es el comandante en jefe de todas las Fuerzas Armadas de la nación, tiene la máxima autoridad, pero no absoluta, necesita el acuerdo del Senado. El presidente crea cargos, delega diferentes responsabilidades y fija funciones a cada una. Lo establecido en los reglamentos establece hasta dónde llegan las responsabilidades y qué actitudes de un jefe de compañía pueden ser reprochables.

La institución tiene definida, sumamente claro los límites de las responsabilidades, están establecidos con fuerza de ley. La compañía de ingenieros estaba organizada con un grupo comando de compañía y tres secciones de ingenieros. La compañía vial, tenía una determinada misión: Asegurar la transitividad de los caminos de la zafra cañera, por lo cual recibe el apoyo de ingenieros, la brigada por eso quedó agregada. Llegué y me dijeron, ‘éste es el plan para apoyar la zafra en el año ‘76”.

REVISIONISMO HISTÓRICO

“Tucumán arde", la muestra colectiva realizada en 1968, no fue sólo un acontecimiento artístico, fue ante todo un acontecimiento contracultural, en ella arte y política recorren las mismas sendas y las mismas ciénagas.

“Visite Tucumán, el país de las miserias", denuncia la invitación a la experiencia artística vanguardista. Tucumán ardía por los 100 mil desocupados, ardía por los ingenios cerrados, ardía por los 150 mil trabajadores que dejaban la provincia para instalarse en las villas del conurbano bonaerense. La vanguardia artística de 1968 propone intervenir objetos cotidianos, ‘ready mades', reúnen testimonios, cartas, fotografías, relatos y cifras que son exhibidos como objetos artísticos.

La radicalización política atraviesa la realidad tucumana, las puebladas configuran los acontecimientos históricos, otorgando materialidad a los reclamos y malestares de la población. La segunda pueblada se inicia en noviembre de 1970, conocida como “El Tucumanazo", se inicia por el cierre del comedor universitario. En la UNT estudiaban 13 mil jóvenes, son hijos de trabajadores, reclaman derechos que las clases dominantes acumulan como privilegios. Los estudiantes, junto a los obreros y a los ingenios cerrados, trabajadores azucareros, sacerdotes tercermundistas levantan barricadas. El Tucumanazo provoca la renuncia del gobernador de facto Carlos Imbó.

La tercera pueblada sucede en junio de 1972, esta vez el epicentro es la Quinta Agronómica Universitaria. La imagen de una honda gigante, usada por los manifestantes, captura el tiempo histórico.

El 5 de febrero de 1975 Isabel Martínez de Perón, firma el decreto 261 abriendo las puertas del Operativo Independencia, brinda el marco legal al Terrorismo y Estado. Acdel Vilas llega a Tucumán a cargo de la quinta brigada del ejército y se instala en la localidad tucumana de Famaillá con cinco mil hombres. En el diario de campaña Vilas escribe: “La pobreza era sólo una de las condiciones de emergencia y desarrollo de la subversión. La ideología concientizadora era la verdadera causa".

La creación del primer centro clandestino de detención de personas, es instalado en la escuela de Famaillá, allí se interrogaban, torturaban y asesinaban personas, por la escuela pasaron, según el testimonio del propio Vilas, 1500 detenidos, sobrevivieron sólo unos pocos.

“Con el cariño de sus habitantes y el respeto de los soldados dejé Tucumán el 2 de diciembre de 1975, próximo a la navidad. La subversión armada, había sido total y completamente derrotada por un ejército que después de cien años de paz demostraba su capacidad para el combate", las palabras de Vilas son signos del terrorismo de estado que se ensañó con Tucumán, 1975 fue la antesala de los sucesos que ocurrirían en el país un año después.

La gobernación de Tucumán es ocupada por Antonio Domingo Bussi, quien llamó a Vilas estando ya en la capital, para expresarle: “¡Vilas, usted no dejó nada por hacer!” Bussi es formado en la escuela de las Américas en Paraná, pone en práctica el plan de las aldeas estratégicas utilizado en Vietnam por Estados Unidos. Es implacable en la persecución de militantes, sindicalistas, estudiantes, sacerdotes. Incrementa los centros clandestinos, los asesinatos y la desaparición de personas.

El ingenio Santa Lucía ilustra los años de convulsión política que atraviesa Tucumán, hasta su cierre en 1968 trabajaron tres mil obreros, en el ingenio y en el surco, sus trabajadores fueron de los más combativos. En 1976 es convertido en un centro clandestino de detención de personas.

La historia social nos permite desarrollar pensamiento crítico sobre la herencia que nos marca como sujetos históricos. Interpretar el pasado, incluso desde la porción de subjetividad que orienta toda mirada, nos conduce en un itinerario de búsqueda a encontrar nuevos desafíos y respuestas.

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