- por Gaby Cruz para el Diario del Juicio
Fotografía Bruno Cerimele
43 historias remanecerán en el Tribunal Oral
Federal a partir de este miércoles 17 de setiembre. Algunas se contarán en
primera persona, otras llegarán por las palabras de los que vieron, oyeron y no
callaron. Es que el décimo juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la
provincia durante la última dictadura militar tiene como principal
característica que la mayoría de los testigos son sobrevivientes.
Sobrevivientes que estuvieron recluidos en el ‘Pabellón de la Muerte’ en el
Penal de Villa Urquiza.
Ventanas selladas, recintos oscuros, sin luz
natural ni artificial. Hombres, mujeres y niños. Parturientas que dieron a luz
en ese lugar o que fueron sacadas nada más que para parir y vueltas a traer con
sus bebés en brazos. Torturas, desapariciones, violaciones, asesinatos. De
todos esos delitos y otros más llegaron doce hombres imputados. Hoy quedan once
porque uno de ellos, Luciano Benjamín Menéndez, fue separado debido a que
participa, como imputado, de otros procesos judiciales.
De los 11 imputados que serán juzgados a
partir de este miércoles, cuatro están detenidos en el penal de Villa Urquiza
cumpliendo la prisión preventiva (Roberto Heriberto Albornoz, Jorge Omar
Lazarte, Daniel Arturo Álvarez y Héctor Manuel Valenzuela). Albornoz y Lazarte
fueron, además, juzgados y condenados durante la megacausa Jefatura II
Arsenales II. Otros cuatro imputados se encuentran en arresto domiciliario, tal
es el caso de Ángel Armando Audes, Augusto Wertwl Montenegro, Juan Carlos
Medrano y Francisco Alfredo Ledesma. En tanto Pedro Fidel García (excarcelado),
Santos González y José Víctor Geréz están en libertad.
“Yo era militante desde chica”, cuenta Lilián
Reynaga, miembro de la comisión directiva de la Asociación de Ex Presos
Políticos Nacional y presidente de la Asociación de Ex Presos Políticos de
Tucumán. Lilián es una de las sobrevivientes que pasó por el penal de Villa
Urquiza y sufrió en carne propia la violencia y el desprecio por la vida
humana. Es una de las mujeres que fue catalogada como ‘presa política’ o ‘presa
subversiva’. Perseguida, secuestrada, torturada por su militancia que no se dio
por vencida y habla de este juicio como una “oportunidad histórica”.
Oportunidad de sacar ese dolor metido en el
cuerpo a fuerza de golpes, oportunidad de ver a los responsables de tantos
delitos aberrantes juzgados, oportunidad de demostrarles que a pesar de todo no
los han convertido en ellos, porque, a diferencia de ellos Lilián y sus
compañeros esperan un juicio con todas las garantías para los imputados.
“En esta parte de la megacausa Villa Urquiza
llegan 43 víctimas, pero existen 123 sobrevivientes de ese penal”, explica
Lilián. Ella quiere dar testimonio, quiere contar su historia y la de aquellos
con los que compartió el cautiverio. Habla de los lazos de solidaridad que se
tejían ‘ahí adentro’ y de los lazos hechos añicos afuera. Recuerda al Inspector
General Marcos Fidencio Hidalgo quien fuera director del penal y en ese rol
facilitaba y participaba de los interrogatorios y las torturas a los
prisioneros. “Hidalgo murió sin haber sido juzgado, impune”, dice.
Como la historia de Lilián Reynaga hay más de
un centenar. Entre las 43 causas que se conocerán en los próximos tres meses
hay algunos que no sobrevivieron. Carlos Suter y José Torrente murieron como
producto de las torturas. Alberto César Ferreyra, Jorge Oscar Kofman y Manuel Asencio Tajan permanecen
desaparecidos. Alrededor de 130 testigos armarán con sus relatos ese fragmento
de la historia que necesita escribirse. Esa parte que se quiso borrar, olvidar
o que todavía algunos quisieran ignorar.
Tres meses de audiencias, 43 víctimas, 11
imputados, 130 testimonios y un juicio que empieza este miércoles, que
continuará el martes 23 y que a partir del 30 de setiembre se sustanciará cada
martes y miércoles con el tribunal integrado por Carlos Jiménez Montilla
(presidente), Gabriel Casa y Juan Carlos Reynaga.
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