Por Sofía Romera Zanoli para El Diario del Juicio
“Después de la década
del 70 y a través de una larga lucha, que implicó 40 años, luego de vivir
situaciones de injusticia y opresión, nuestros pueblos lograron el
reconocimiento de los derechos colectivos por parte del Estado Argentino”, Delfin Gerónimo, Secretario General de la Unión de los Pueblos Diaguitas
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Ph Elena Nicolay |
La historia Argentina
suele pasar por alto la participación de
miembros de las Comunidades Indígenas como sujetos políticos. Comunidades que
debieron organizarse para poder resistir el avance del terrorismo de Estado
durante los años 70. Esta ausencia se ha hecho evidente a lo largo de los
juicios por delito de lesa humanidad que se han llevado adelante en Tucumán,
donde hemos podido reconstruir las historias de militantes sociales,
sindicalistas, estudiantes, vecinos, obreros, políticos, intelectuales pero
pocas veces hemos escuchado testimonios de indígenas.
Recién
en Operativo Independencia, doceavo proceso judicial, han comenzado a sonar las
voces de las Comunidades. Esas voces que dan cuenta que en nuestra provincia
muchos de los desaparecidos y asesinados militaban o eran líderes de
organizaciones sociales indígenas, ejemplos de lucha que defendían sus
territorios de los intereses de los grandes terratenientes.
Delfín aseguró: “en los años
de dictadura cívico-militar se implementaron métodos destinados a vulnerar los
reclamos de las movimientos indígenas en Tucumán”. El relato que el testigo-víctima Raúl Héctor de la Cruz expuso el pasado
jueves 18 de mayo ante el Tribunal Oral Federal, es una prueba ello. Raúl
es oriundo de Tafí del Valle. Actualmente tiene 70 años.
“En 1972 las comunidades formamos
La Federación Indígena con el fin de defender nuestras tierras de los avances
de los terratenientes, pero la disolvimos una vez que empezaron los secuestros”, contó
Raúl.
Todo comenzó en 1975. “Un grupo de hombres vestidos con uniforme
verde irrumpieron en mi casa y me pidieron que los acompañe. Me encapucharon y
me llevaron junto a dos compañeros de la Federación Indígena: Pedro Pablo
Santana Campos, presidente de la organización y a Martiniano López, a un
destacamento de Gendarmería que se encontraba en la zona del Mollar”.
“Fuimos torturados e interrogados, nos preguntaban si teníamos contactos
con grupos políticos, luego fuimos
trasladados a la Escuelita de Famaillá, allí se escuchaban gritos y llantos. No
teníamos noción del tiempo, sólo sabíamos que cuando ponían música fuerte
empezaban las torturas”. El hombre aclaró que la última vez que escuchó a
sus compañeros fue en ese centro clandestino de detención que funcionaba en La
Escuelita.
En una oportunidad, los
captores llevaron a Héctor a un aula donde “había
una chica, parecía que tenía 16 o 17 años, estaba totalmente desnuda y
atada sobre una cama elástica, en un momento me sacaron la capucha que tenía
puesta y le preguntaron si me conocía. La mujer contestó que no”, recordó
el testigo con un cierto alivio, como si la respuesta de la joven lo hubiera
salvado de una paliza.
También lo pusieron ante
Acdel Edgardo Vilas, el militar-genocida que antecedió a Antonio Domingo
Bussi en el mando del Operativo Independencia en 1975 y que luego actuó como
segundo comandante del V Cuerpo de Ejército de Bahía Blanca. Acusado de ser el
responsable de varios casos de secuestros y torturas, Vilas falleció en el 2010
sin ser juzgado por la justicia argentina. “Yo
lo conocía porque él tenía una casa en Tafí del Valle, me dijo que lo único que
podía hacer por mí era legalizarme y esa misma noche fui llevado a la cárcel de
Villa Urquiza”
Tiempo después Raúl fue
trasladado a la cárcel de La Plata, luego a Sierra Chica y por último a Trelew.
Recuperó su libertad en 1983. Hoy, más de 40 años después su historia llega a
la sala de audiencias por pedido del Ministerio Público Fiscal, ya que el
testimonio de Raúl Héctor Cruz no estaba previsto en este debate. Su nombre fue
agregado a la lista de testigos, en los últimos días del juicio que juzga los
delitos cometidos por 19 imputados ex miembros de las fuerzas armadas
antes del golpe de Estado de 1976.
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